Las empresas pisan el acelerador para controlar la huella de metano
En 2021 se batió el récord de incremento de la concentración atmosférica de metano por segundo año consecutivo
La huella de metano ha cobrado protagonismo en los últimos años debido a su fuerte impacto en el cambio climático y por ello cada vez más empresas la recogen en sus objetivos la reducción de las emisiones.
El metano es el segundo gas que más contribuye al efecto invernadero, sólo por detrás del dióxido de carbono, y su presencia en la atmósfera no para de crecer, llegando a las 1896 ppb. Según datos de la Administración Nacional de la Atmósfera y el Océano de Estados Unidos, en 2021 tuvo lugar el mayor incremento de la concentración atmosférica de metano desde que se tienen registros (1983), con un aumento de 17 ppb. Se trata del segundo año consecutivo en que se bate este récord.
Este gas está presente en diversos tipos de instalaciones, como las de extracción de gas natural y petróleo, refinerías, instalaciones de almacenamiento y regasificación de Gas Natural Licuado (GNL), vertederos y ganaderías, así como en sistemas de transporte.
Pero pese a que los datos no son positivos, cada vez son más las empresas que son conscientes de la importancia de trabajar para reducir las emisiones de metano, así lo demuestra el aumento de demandas de servicios relacionados con la huella de metano que está viviendo el equipo de Tema.
Actualmente Tema está inmersa en diversos proyectos de cálculo de la huella de metano, en los que se cuantifican las emisiones de este gas mediante mediciones directas en campo, con el uso de equipos especializados, o de manera teórica, mediante cálculos y factores de emisión empíricos que proporcionan fuentes técnicas reconocidas. Además, también se elabora un estudio de medidas que ayudarían a reducir esa huella para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.